El Espíritu Caminante

En O Sol e a Lua los peregrinos del Camino de Santiago y aquellos otros que también están peregrinando por otras rutas mas personales encuentran un hogar donde terminar el camino físico e iniciar el espiritual. Sé bienvenido al final y al principio de tu camino.

martes, 22 de abril de 2014

Como surgió Albergue de Sol... e da lúa!!

     En Somport el 13 de agosto de 2002 un peregrino se puso en camino: La duda, la eterna pregunta sobre el devenir, el destino, la felicidad... fue el aguijón que lanzó a este peregrino, llamado Miguel  a recorrer el Camino de Santiago..

    Anduvo Miguel cuatro años los dos caminos: el que se anda con los pies, siempre amenazados de ampollas, con la mochila, siempre pesada por mas peso que se le quite, y el otro camino, el que se anda con todo el alma buscando, preguntando, compartiendo y, sobre todo, viviendo cada día como si fuera único y último.

     Andando, andando, un día cualquiera, Miguel llegó al fin de la tierra, al Finis Terrae y se encontró con que ese día comenzaba de verdad el camino. Hasta ahora las ampollas de los pies habían servido para lavar las yagas del alma, aprender a escuchar y a compartir y, finalmente, desnudarle y desposeerle de todas sus ideas y perjuicios para comenzar el camino interior.

     Habían pasado cuatro años desde que partiera un mes de agosto y ya había recorrido en varias ocasiones el camino desde Roncesvalles hasta fisterra sin dejar nunca de abrazar al apóstol y agradecerle su favor. Todo ese tiempo Miguel fue disolviéndose en el alma de otros muchos peregrinos y muchos otros peregrinos depositaron en el alma de Miguel minúsculos granos de arena con los que construir su templo interior. Pero esta vez en Fisterra había ocurrido una catástrofe marítima y fue necesario que miles de peregrinos procedentes de muchos caminos distintos: el Camino de Santiago, el camino de las ideas, el camino de la fe, el camino personal e intransferible de cada uno y cuyo itinerario decide cada uno, unieran todos ellos sus fuerzas y aportaran su esfuerzo para sanar a la naturaleza del mal causado por nosotros mismos, los hombres, los peregrinos.

     El peregrino Miguel y otros muchos peregrinos permanecieron largos meses en Fisterra limpiando y conviviendo. Uno de los frutos de esa convivencia fue comprender que todo navegante necesita un puerto al que regresar de vez en cuando a hacer aguada y descansar. Y qué mejor lugar para establecer el puerto que el lugar donde termina el camino de los pies y empieza el camino del espíritu. Miguel, el peregrino y otros peregrinos hicieron, por tanto, de Fisterra su puerto imitando al Sol y a la luna que en Fisterra tienen su puerto al final y al principio del día y de la noche: El sol se levanta de playa Langosteira por la mañana para iluminar todo el viejo mundo. A mediodía pasa por el faro tan alto que no hay lugar del viejo mundo que no quede iluminado y, por la tarde, lentamente se acuesta en la playa del Mar de Fora. La luna, trasnochadora, también se alza por la playa Langosteira , visita el faro a media noche y saluda antes de acostarse al Sol desde la playa do mar de fora.

    En 2006, Miguel y otros peregrinos crearon un puerto al que llegar y del que partir al que llamaron "albergue do sol e da lúa" en donde dar aguada, cobijo y descanso a todos los peregrinos del camino de santiago, y todos los otros peregrinos que recorren sus propios caminos interiores y que deciden hacer puerto en Finisterre, en el Fin de la Tierra, en el Finis Terrae, en Fisterra.


Sed bienvenidos todos los peregrinos del espíritu, sea cual sea vuestro camino, así vengáis andando o por otros medios que aquí os recibiremos los que también somos peregrinos. venid a compartir nuestro lecho y nuestra mesa y vuestras/nuestras experiencias de camino. Descansad en nuestra morada una o muchas noches hasta que os sintáis fuertes para iniciar el verdadero camino: el que empieza cuando termina el de los pies, el que empieza en finisterre, el final y el principio de todos los caminos posibles..





1 comentario:

Comenta lo que quieras